jueves, 2 de abril de 2015

En busca de oportunidades

Es lamentable que nos estemos acostumbrando a ver como ingenieros, ecónomos, maestros o científicos completamente formados, entre otros,  salimos de España en busca de cualquier tipo de trabajo que nos mantenga para pagar una renta, un determinado número de facturas y otras necesidades básicas, con el objetivo de adquirir un idioma (en mi caso) que nos haga abrir nuevas puertas de cara al futuro. Dije lamentable porque ya se ve como algo habitual, por donde tienen que pasar la mayoría de los estudiantes cuando terminan sus estudios universitarios.

Para que abramos un poco los ojos, quería compartir una conversación que mantuve con la ex directora del colegio de primaria dónde estudian los dos niños y la niña que solía cuidar cuando trabajaba como au pair. Fue Natasha, madre de estos tres pequeños que se ganaron mi corazón, quien me introdujo a la ex directora de este centro para preguntarle si podría empezar a trabajar como voluntario, para así ir cogiendo experiencia en el sistema educativo de Inglaterra e ir creciendo un poco más como maestro.

Nada más sentarnos cara a cara, ella me dijo que sabía hablar un poquito de español porque estudió durante un año y medio en la Universidad de Valencia (las clases eran dadas en inglés). Me preguntó qué tipo de titulación tenía y le respondí que en ese momento era diplomado en Magisterio en la especialidad de Educación Física y licenciado en Psicopedagogía incluyendo mi último año con la beca Erasmus en Wroclaw (Polonia), su respuesta fue: "y con todo eso en España no es suficiente ni para trabajar de conserje en un colegio, ¿verdad?", mientras reía. Me decía que ella no había conocido un sistema de acceso laboral al ámbito educativo tan mal organizado en su vida. "Corrígeme si me equivoco", decía. En España se pasa de la Educación Primaria a la ESO y de ahí al Bachillerato de forma voluntaria. Si decides ir a la universidad, debes de pasar una reválida, difícil a su parecer, por el alto grado de contenidos a los que te examinan. Una vez superada la reválida ingresas en la universidad, donde normalmente estas durante unos 3 años en el caso de la antigua diplomatura y 5 en licenciatura. Si has sido capaz de sobrepasar con éxito todas esas profundas pruebas a las que te someten en una universidad, ya que todo el mundo que ha pasado por ahí sabe de su dificultad, viene lo más difícil, la famosa oposición. Después de 5 años superando complejos obstáculos, llega la prueba que finalmente parece que resolverá tu futuro. Al decirme esto se reía. Y me explicó que su compañera de piso en Valencia estudiaba para una oposición y que a ella le daba miedo de ver la cantidad de temarios de los que tenía que examinarse. Por último me dijo que eso no era todo, que había escuchado de estudiantes que después de cuatro años preparándose, donde ya la mayoría de contenidos que habían estudiado en la universidad se les han olvidado, habían superado la oposición con un notable alto o incluso sobresaliente, pero que aún así estos se quedaban sin plaza y tenían que esperar a la bolsa mientras se preparaban para la siguiente convocatoria. Y me decía: "Raúl, ¡eso es una locura!", mientras me miraba con asombro. Y yo pienso, y nosotros que nos creemos que esto es lo único que existe. Vivimos dentro de una mentira.

Me explicó que a diferencia de España, en la mayoría de países de la Unión Europea el Estado tiene como principal premisa darle oportunidad a los jóvenes que acaban sus carreras con el objetivo de que desarrollen todo lo aprendido en esos años atrás, de otra manera, los conocimientos y contenidos se olvidan, ya que no son puestos en práctica. 

En España, la administración pública se está convirtiendo en un anestesiante para algunos de los funcionarios, y ello hace que los jóvenes recientemente graduados no tengan la oportunidad de demostrar lo que saben hacer. ¿Con cuántos maestros y/o profesores, en este caso, os habéis cruzado durante estos años atrás que están aburridos de su trabajo? Pensad en su filosofía de como llevaban una clase o como transmitían los contenidos, ¿pensáis que a estas personas se les puede llamar maestros? Solo muy pocos nos han dejado huella, esos fueron los verdaderos docentes en nuestras vidas. 

Me sorprende el comentario de una madre que solía llevar a sus dos hijas al mismo colegio del que hablé anteriormente, que decía: "yo estudié para llegar a ser maestra, pero después de un año ejerciendo la profesión me di cuenta que no me gustaba y lo dejé". En nuestro país parece que nadie se equivoca, que todo el que empezó a trabajar de docente acertó en ser docente para el resto de su vida, con o sin pasión. Dentro de los colegios en España podemos encontrar muchas almas arrepentidas, muchos "docentes" que acuden a su trabajo con tristeza, contando los día para las próximas vacaciones. En cambio, en otros países de Europa como en este caso Inglaterra, desintoxican la educación de la administración pública. Un profesor/a tiene su contrato dentro de una institución educativa. Si este/a demuestra cada año que es apto para la docencia, su contrato será renovado. En cambio, si no obtiene resultados y/o no demuestra interés y pasión por su oficio, será reemplazado. Solo de esta forma el abanico de oportunidades se convierte en un proceso amplio y flexible. 

Aunque cada día tengo más claro que mi futuro está lejos de mi país, siempre tengo una pequeña esperanza en que las cosas mejorarán y que todas estas semillas que estoy plantando darán sus frutos. Debemos de mirar la crisis como un tiempo de oportunidades para la creatividad y la búsqueda.

Quería terminar transmitiendo fuerza y entusiasmo a todas esas personas que, como yo, se encuentran en el extranjero en busca de un hueco en la sociedad. Tened paciencia y constancia, algún día llegará nuestra oportunidad. 



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