viernes, 2 de octubre de 2015

La "in"-estabilidad

Me refiero con el término “in”-estabilidad con el que titulo este artículo, como la capacidad de conseguir una estabilidad duradera dentro de una permanente inestabilidad. Quizás pueda sonar un poco confuso al principio, pero intentaré explicarlo con la mayor claridad posible. 

Se me ha ocurrido dividir la palabra “inestabilidad” en dos partes: una en inglés formada por la preposición  “in” cuyo significado en español es “en” o “dentro de”, entre otros, y la segunda parte es la palabra “estabilidad”, sinónimo de equilibrio. Como resultado obtenemos: dentro de la estabilidad.

Pues bien, en mi reflexión de hoy quería transmitir como esa sensación de inestabilidad puede ser preocupación de muchos, mientras al mismo tiempo se puede convertir en la estabilidad de otros, refiriéndome en este caso a la “in”-estabilidad. 

El cambiar de vivienda, de trabajo e incluso de ciudad o país frecuentemente puede resultar un caos para muchas personas que temen el efecto del cambio, ese miedo de pensar que su forma de vida puede empeorar. Por el contrario, prefieren quedarse anclados en esa zona de confort, asegurándose, al menos, que la mayoría de sus decisiones no fracasarán. Así, prefieren ser sumos de ese círculo vicioso que los arrastra a un estilo de vida que, al parecer, ya está prescrito. Me refiero a esas diversas etapas de la vida que se han ido marcando por pautas que la sociedad nos sirve. El permanecer toda la vida trabajando en un mismo lugar, casarse en cuanto se tenga un sueldo fijo e incluso hacer lo mismo todos los domingos son acciones relacionadas con llevar una vida estable. Algunas personas se pasan toda la vida procurando alcanzar esta serie de metas en ese tiempo predeterminado para no “quedarse atrás”, unas metas que ni siquiera han sido creadas por ellos mismos. Incluso son capaces de rechazar lo que realmente les apasiona a cambio de formar parte de este círculo, existiendo un cierto temor por el “¿qué pensaran de mí si no lo hago?”. Paralelamente, mientras todas estas objetivos comunes se van consiguiendo, transcurre lo mas importante, los años y la vida.

Sin embargo, otros ven en la inestabilidad una oportunidad para aprender y crecer. Conocer nuevos lugares, poder vivir dentro de diversas culturas o trabajar en varios sectores es sinónimo de felicidad. El vivir con un modo de vida inestable se puede convertir incluso en ir más allá de la estabilidad emocional y psicológica. Quizás no les llena los bolsillos de dinero, pero si les revitaliza la mente y engrandece el alma. El error no es entendido como fracaso, sino como forma de crecer, por lo que les apasiona probar nuevas experiencias y afrontar diversos obstáculos que se presentan en la vida. La sensación de vivir por primera vez en un lugar diferente, de conocer a distintas personas de otras razas y culturas con frecuencia, o aprender diferentes habilidades para trabajar en algo que no lo habían hecho antes se puede convertir en los elementos necesarios para ser felices. Os propongo que os paréis a pensar y recordéis alguna vivencia reciente de la que tengáis un buen recuerdo. Pues bien, una vez finalizó, ¿teníais la sensación de que había sido uno de los mejores sueños? ¿pensáis que realmente habíais sido felices durante el mismo?. Si la respuesta es sí, ¿por qué no hacemos lo posible porque esas nuevas vivencias que se salen del nuestro día a día ocurran con más reiteración?. Decía el famoso empresario Steve Jobs: “cada día me miro en el espejo y me pregunto: si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?. Si la respuesta es “no” durante demasiados días seguidos, sé que necesito cambiar algo”. 

No pretendo decir que una forma de vida sea mejor que otra, pero estaría en lo cierto si digo que la rutina no nos empuja a disfrutar íntegramente de este mundo en el que vivimos. Aún no existe ningún estudio que demuestre que vida hay más de una, motivo más que suficiente para que hagamos todo aquello que realmente nos gusta, y ese momento es ahora. El seguir esos patrones prescritos por la sociedad no es más que una simple opción fácil que se nos ofrece, pero, ¿y si probamos a conocer lo desconocido?. Intentemos ser “in”-estables, aunque solo sea por un día.

Si piensas que la aventura es peligrosa, prueba la rutina, es mortal”. Paulo Coelho.

jueves, 27 de agosto de 2015

Un agradecimiento eterno

Todo empezó el día 3 de Agosto de 2015. Aterrizaba en el aeropuerto de Marrakech a eso de las 10am y cargado de nervios aún medio sabiendo lo que me esperaba. Todo estaba dentro de la normalidad. Mis futuros compañeros me recibieron nada más salir del aeropuerto, y fue ahí donde tuve mi primera toma de contacto con todos ellos. Una vez montados en el mini bus, fue como caer en un profundo sueño sin destino alguno, solo recuerdo dejarme llevar sin mirar ni un instante atrás. Los llamativos y diferentes escenarios que corrían por la ventanilla del auto mientras nos dirigíamos a nuestro destino, tampoco eran motivos suficientes para que dejara de prestarle atención a esa sensación que me decía que algo grande pasaría en mi vida.

Una semana después de despertar de ese fantástico sueño y con todo lo ocurrido medio asimilado, creo que es el momento perfecto para reflexionar y expresaros mi agradecimiento a través de esta entrada, que poco es. No sé si fue destino del azar o simplemente aquel día se alinearon los planetas para que os cruzarais cada uno de vosotros en mi vida, aunque la causa sea lo de menos. Lo más importante es que habéis hecho de esta bonita experiencia una pequeña marca en mi corazón que nunca se borrará, seguro.

Hace ya unos 4 años, un viejo profesor de la Universidad de Córdoba me enseñó que si hay algo en esta vida que realmente te ha llenado y te ha ayudado a ser mejor persona pero no ha sido agradecido, siempre quedara en un incómodo entreabierto recuerdo. Es por eso que he decidido dedicar un rinconcito de mi blog como gesto de agradecimiento a cada una de aquellas personas que fue partícipe en esta aventura, tanto voluntarios/as y coordinadores/as como niños/as y adultos/as habitantes de ese hermoso y mágico pueblo llamado Begaa. Escribo con mi corazón, un corazón cargado de emociones y sentimientos.

Por mucho que exprese a través de este artículo, jamás sería suficiente un escrito para agradeceros todo lo que me habéis dado en estos 180 días. Gracias a vuestra compañía, el cansancio se convertía en energía en cada minuto; el saber que cada uno de vosotros dormíais a mi lado, hacía que esas grandes tormentas de arena se transformaran en noches mágicas que siempre permanecerán en mi memoria. También aprendí que el no hablar el mismo idioma hace que se tengan cosas más hermosas que decir;  que una buena base de amor y amistad es la receta perfecta de una convivencia sana;  y que cuando la tarea de educar resulta divertida, la risa es la nota más alta y los problemas resultan una bonita forma de aprender. Gracias por enseñarme que compartir, además de ser un gesto solidario, es una forma de vida, y que si vosotros estáis presentes, el no haber nada se convierte en tenerlo todo.

Por muchos más voluntariados que haga el resto de mi vida, no habrá otro tan especial como este, porque además de su importancia por ser el primero, es muy difícil reunir a personas tan humildes y llenas de vida en el mismo lugar y al mismo tiempo como ocurrió este mes de Agosto. En una hermosa película llamada “Into the wild” se dice que “la felicidad solo es real cuando es compartida”, y yo logré alcanzarla gracias a cada uno de vosotros y vosotras. Una felicidad a la que conseguí encontrarle su verdadero significado y que me ha despertado emociones que pocas veces había sentido antes.

Gracias a todos vosotros, compañeros, compañeras, amigos y amigas por haberme hecho crecer como persona, por hacerme un poco más inmune para afrontar la vida. Gracias de corazón. Esté donde esté, podéis contar con mi ayuda. Aquí tenéis una persona que os quiere y aprecia.

Sin más, un abrazo a todos, compañeros de la vida.


jueves, 30 de julio de 2015

Invierte tu tiempo a cambio de felicidad

El pasado lunes 20 de Julio fue un día muy especial para mí. Uno de esos días que siempre quedará grabado. Uno de esos momentos que se congela en tu mente y que te hacen crecer. 

Después de 9 meses trabajando como voluntario en el departamento de Educación Física en Claremont Primary School, llegó el último día, el momento de despedirme de ellos. Despedirme de todos estos profesores y, especialmente, alumnos y alumnas que me han enseñado tanto. 

Generalmente, no es fácil trabajar como voluntario. Te comprometes a aceptar una serie de responsabilidades a cambio de tu tiempo. El hecho de que este voluntariado no iba a ser remunerado económicamente era un punto en contra a la hora de empezar, aunque desde el primer día supe que iba a estar bien pagado. No en dinero me refiero, sino en amor, cariño y amistad. Ello, unido a mi pasión por la enseñanza de la Educación Física hizo de este voluntariado una bonita y entrañable experiencia que jamás olvidaré. Me llevo buenos amigos y compañeros y, además, mucha energía. Ha sido un paso muy importante, ya que gracias a Claremont he podido reafirmar mi pasión por la educación, mis ganas por enseñar y también por aprender.

Me gustaría comparar esta experiencia como una fuente de energía en mi vida. Una fuente que me recarga de fuerza y entusiasmo para seguir adelante. Después de varias semanas trabajando en este hermoso colegio, me di cuenta que al final de mi jornada mi estado de ánimo era totalmente distinto al con el que empezaba. Me sentía más entusiasmado, más agradecido. Y es que los alumnos/as saben valorar tu trabajo. Desde el primer día, varios de mis tutores explicaron a sus alumnos y alumnas el hecho que me había llevado a trabajar en Claremont. Un hecho voluntario en el que invertía mi tiempo a cambio de experiencia, y eso es algo que ellos me lo han sabido agradecer con fidelidad a base de respeto, educación y generosidad. Recuerdo que uno de los alumnos me preguntaba: “profe, ayer te vi en Sports Direct trabajando, no te dije nada porque estabas ocupado con un cliente. ¿Trabajas en nuestro colegio y allí a la misma vez? ¿Y cuando estas con tu mujer y tus hijos? Porque mi padre llega siempre de trabajar diciendo que quiere que llegue el fin de semana para estar libre y él solo tiene un trabajo. Me imagino tú que tienes dos y encima aquí no te dan dinero.” Fue un momento bonito para mi con un punto sarcástico. Ellos valoran que un mayor les ayude a crecer como personas y a conocer su cuerpo y sus limitaciones a través de la educación física como es mi caso. Gracias a ello yo me siento realizado y con ganas de ayudar, porque recibo a cambio, porque es un trabajo recíproco. En la otra cara de la moneda, estuve trabajando en un restaurante como bartender durante más de 8 meses y jamás me dieron las gracias por ayudar a mis compañeros al final de la jornada. Nunca supieron agradecer mi trabajo, que pienso que no era para nada malo. Siempre había algo que no estaba bien hecho, y mientras más daba de mi, más me pedían. Eso me hacia ir a trabajar sin entusiasmo, sin ganas y sin ánimo. Sinceramente, llegó un momento que cada minuto que pasaba dentro del restaurante solo pensaba en el dinero. No tenía otra motivación que esa, odiaba estar allí. Deseaba que llegara el lunes, martes y miércoles para ver a mis alumnos, para que me cargaran de fuerza e ilusión para continuar la semana. Creo que ni todo el dinero del mundo bastaría para pagar lo que ellos eran capaces de darme. 


Una de las imágenes que tengo grabada fue mi última mirada cuando dejaba la clase de 3S… Mirar a esos niños y niñas y saber que yo he sido parte de su crecimiento y que que ellos lo han sido del mío. No tengo palabras para agradecer todo lo que me llevo de ellos. Solo darle las gracias tanto a los profesores como a los alumnos/as por haberme ayudado a sentirme valorado. Gracias a ellos reivindico mi amor por esta profesión y espero que no termine nunca. Una etapa de mi vida más atrás y con la mirada puesta al frente para afrontar todas aquellas que aún quedan por venir. ¡Sigamos atrapando todo lo que nos regala la vida!

jueves, 14 de mayo de 2015

Un trastorno convertido en fama

Después de casi 5 años unido al mundo de la educación trabajando tanto de voluntario como de monitor de actividades extra escolares en España e Inglaterra, acuerdo con Miguel Angel Santos Guerra que lo que nos hace ser buenos docentes es nuestra reflexión diaria sobre nuestro trabajo. Plantearnos qué estamos haciendo mal para que el proceso enseñanza-aprendizaje a veces no resulte como esperamos. Aprender a “mirarnos al espejo” para saber qué debemos de cambiar para que el resultado que obtengamos sea diferente. Como dijo Albert Einstein: “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. 

Aunque el mundo de la escuela normal (institución educativa encargada de la formación de los maestros de escuela) es relativamente joven, iniciada en 1684 en Francia, 331 años hasta el día de hoy son más que suficientes para que seamos conscientes de que el peso de lo que sucede en una escuela recae principalmente en nosotros. Junto a los padres, somos los máximos responsables de la educación, salud y progreso de los alumnos/as.

Durante mi experiencia, he podido observar como tendemos a recompensar a los alumnos/as que mas se asemejan al nuestro prototipo imaginativo de “buen alumno”, mientras que decidimos castigar a los que se salen de los limites en los que enmarcamos un comportamiento ejemplar. Solemos castigar comportamientos como hablar demasiado en clase, ser inquieto o/e incluso me atrevería decir que creativo, sin que seamos conscientes de su efecto. 

Hace un poco más de una semana, tuve una charla con mi tutora Mrs Green en el colegio donde ejerzo como voluntario en el departamento de Educación Física desde hace 8 meses. En este rato en el que estuvimos hablando sobre la aceptación que había tenido el Dodgeball (un nuevo contenido introducido a Year 3) en sus alumnos, esta profesora a la que tanto admiro por su afán y dedicación a la Educación Física en Educación Primaria entre otras muchas cosas, me pide opinión sobre el comportamiento en especial de dos alumnos que se muestran continuamente un poco inquietos durante las clases. No cabe duda de que les encanta la educación física, ya que se les ve entusiasmados y participativos. Es durante las explicaciones que introducen los pequeños juegos y actividades que enseñamos, donde su actitud sobresale del resto, ya que no paran de seguir jugando con el balón mas cercano o de hacer diferentes movimientos sin descanso alguno. Mrs Green me comentó que se les esta llevando un plan de seguimiento, ya que su tutor de clase cree que pueden tener un pequeño grado de trastorno por déficit de atención e hiperactividad. El caso es que hace justo 2 meses, una tutora de Year 5 de este mismo colegio me dijo exactamente lo mismo de uno de sus alumnos. 

Parece que cada con mas frecuencia intentamos diagnosticar y medicar a alumnos/as que se comportan como niños que son. Intentamos anestesiarlos mediante castigos y guiarlos a una conducta que nosotros calificamos como “normal”. En cuanto un alumno/a se sale de este camino, en seguida lo estamos etiquetando y juzgando. Que si hablas demasiado en clase, que si siempre estas pintando sin atender a la explicación, que si te mueves mucho, son comportamientos asociados en el día de hoy a conductas disruptivas, necesidades educativas especiales y/o problemas de aprendizaje.

El motivo por el que decidí escribir este articulo fue por el caso de Gillian Lynne, una famosa bailarina y coreógrafa nacida en el Reino Unido y que ha diseñado las coreografías de varios musicales icónicos. Durante una de las conferencias de Ken Robison, educador y conferencista que tanto esta ahora de moda, tuve la suerte de escucharle contar la curiosa historia de Gillian Lynne en sus comienzos. Debido a sus continuos comportamientos inquietos en clase cuando era una niña, tutores de Lynne aconsejaron a sus padres llevarla a un especialista para que empezara con algún tipo de tratamiento y así intentar de calmar sus comportamientos “disruptivos”. Según sus profesores, era una niña que no podia permanecer sentada, se mantenía siempre en movimiento y “no dejaba de mover sus piernas debajo del pupitre”. Cuando tenía solo 8 años, sus padres pensaron en llevarla a un colegio de educación especial pero sin antes pasar por un psicólogo. En su primera visita a este especialista, tras una larga charla son su madre, decidieron dejar a Gillian sola en un aula y observar que tipo de comportamientos son los que mas aparecían en ella. De pronto, Lynne comenzó a escuchar una música que venía de una de las habitaciones de al lado, probablemente desde una radio, y entonces se levantó de la silla y comenzó a moverse y a sentirse inquieta. Después de varias observaciones durante pocos días, el diagnostico concluyó que Gillian no tenia ningún problema, y que el baile era realmente lo que ella necesitaba, ya que le gustaba expresarse mediante el movimiento. Fue ahí cuando nació su carrera en el mundo de la danza. Su madre la inscribió en la escuela de baile local donde ya empezaría a destacar.

Quería compartir esta resumida historia para intentar trasladarla a casos que se les presenta a los docentes y/o a algunos padres. Todos los niños llevan su pasión dentro. Los profesores debemos ser los profesionales encargados de descubrir y despertar esas inquietudes. ¿Qué hubiese sido de Gillian Lynne si no se hubiese cruzado con ese psicólogo? ¿Que hubiera pasado si se hubiese creído todo lo que le decían los de su alrededor? Probablemente, no estaría en este momento contando su historia, ya que hubiese sido una niña más. Sus profesores/as no hacían otra cosa que intentar apagar la pequeña llama que tenía encendida dentro. Dejemos de etiquetar a los alumnos por lo que son y ayudémosles a cultivar la semilla que llevan dentro. La habilidad del docente es la de tratar a cada uno de sus alumnos/as como único y singular y sacar de ellos el máximo. Es una tarea dura y difícil, pero de ahí nuestra vocación.

jueves, 30 de abril de 2015

¿Dónde están las buenas noticias?

Una noticia es una información relevante y de interés dirigida a una sola persona o a un grupo de individuos. No hace falta decir que una noticia puede ser tanto positiva como negativa, según el efecto que produzca en el grupo de personas que están siendo informadas. Sin embargo, una misma noticia puede ser de carácter positivo para un grupo de personas, mientras que al mismo tiempo puede ser entendida como negativa para otros. Así como la noticia de la victoria de un equipo de balonmano puede provocar la euforia en sus seguidores y al mismo tiempo causar disgusto en el equipo rival. 

Hasta ahora, todo parece lógico. Pero el pasado martes, justo antes de irme a dormir, estuve reflexionando acerca de las noticias que nos rodean hoy en día. Tanto cuando leemos el periódico, encendemos la radio o vemos el telediario, las tragedias, desgracias y desastres ocupan los principales titulares. El accidente de un avión, el asesinato de un profesor a manos de un alumno y el terremoto sufrido en Nepal son unas de las últimas noticas que nos han invadido. Cuando estas no son noticia, son las mentiras políticas y la rivalidad entre dos equipos de fútbol las que nos hacen crear debate para discutir sobre problemas que los propios medios han creado, y que si existen, carecen de importancia o de veracidad. Estas son las de mayor interés para los medios de comunicación ya que parece ser que son las que mayor impacto causan en la población. No estoy queriendo decir que no debamos ser informados de catástrofes y/o tragedias, pero sí que me gustaría que estuvieran a igual escala que el informe de los buenos sucesos. 

Los pequeños éxitos que consiguen personas que luchan contra algún problema particular o la invención de medicamentos que combaten algunas enfermedades mortales, son noticias que no ocupan el mismo lugar ni le dan la misma importancia en el medio de comunicación correspondiente, quedando empañadas por las anteriores. Como he dicho anteriormente, esto me ha hecho recapacitar y ser consciente de como los medios de comunicación me pueden afectar hoy en día. Pienso que este tipo de informaciones de carácter global que nos llegan nos hacen ser un poco mas pesimistas ante la realidad. Nos hace sentirnos como si la vida a la que nos enfrentamos es un lugar tenebroso lleno de obstáculos difíciles de superar. Además, algunas de ellas nos provocan un cierto miedo que se queda incrustado en nuestra mente. Estoy seguro de que todo el mundo recordamos el día, mes y año en el que se produjo el atentado terrorista en las torres gemelas en Nueva York, incluso podemos recordar hasta qué es lo que estábamos haciendo en ese momento. En cambio, si preguntáramos en qué fecha exacta fue creada la vacuna contra la malaria que tantas vidas ha salvado o, mas fácil aún, quién fue su autor, la mayoría de nuestras mentes se situaría en un lugar desierto. 

Los medios de comunicación se han convertido en instrumentos utilizados para manejar a la población. Los más poderosos hoy en día son exclusivamente utilizados para entretener a una población que es engañada mientras tanto por sus gobernantes o, para crear miedo en ellos con el mismo objetivo. Una población aterrada es una población más fácil de convencer. 

Nosotros tenemos la capacidad de elegir que nos interesa leer, escuchar o ver y que importancia queremos darle. Aunque nos parezca un remo contra corriente por la abundante información a la que estamos sometidos día a día, la lectura de libros de interés o algunos documentales de temas variados nos pueden salvar ante la intoxicación que sufren la mayoría de los medios de comunicación. Debemos ausentarnos de algunos debates absurdos que vemos en televisión, de los pensamientos y actitudes extremistas que leemos en los periódicos o de las promesas incumplidas por los políticos que sabotean las radios. Intentemos que nos afecten lo menos posible en el modo de ver la vida y solucionar nuestros problemas. 

Vamos a darle importancia a lo positivo. Compartamos todo aquello que nos haya causado felicidad y alegría y no dejemos que lo trágico o problemático se haga dueño de nuestras conversaciones y discusiones. Los éxitos de los grandes investigadores o la victoria contra la muerte de muchas personas son noticias que deberían de alegrarnos nuestro día a día. 

Espero que esta reflexión os llegue y, poco a poco, seamos más consecuentes de lo que vemos, oímos y/o escuchamos y, de este modo, mejorar nuestra forma de vida.

jueves, 16 de abril de 2015

Vida solo hay una

Ric Elías, uno de los pasajeros supervivientes del aterrizaje
forzoso sobre el río Hudson que se produjo en Enero del 2009
Hace unos días me cruce con un video a través de internet en el que Pablo Motos (presentador del famoso programa “El Hormiguero”) nos retransmitía las palabras de Ric Elías, uno de los pasajeros y supervivientes del vuelo accidentado en el río Hudson en el año 2009. 

"Unos minutos después del despegue, el aeroplano perdió uno de sus motores debido al impacto con un ave. Minutos después perdió el segundo motor y ello hizo que el piloto de esta aeronave advirtiera por megafonía de un futuro y fuerte impacto" dice Elías. Gracias a una gran maniobra de Chesley Sullenberger, piloto del que habla, este pudo salvar cada una de las vidas que viajaban en ese avión.

Quería compartir las palabras de este pasajero puertorriqueño porque me han hecho pensar bastante acerca del valor de la vida. Durante su conferencia en TED, cuenta como vivió los últimos minutos antes del impacto en el río Hudson. Dice que justo después del mensaje de alerta del piloto para que todos los pasajeros se prepararan para el gran impacto, aprendió tres cosas sobre la vida. 

La primera cosa en la que pensó fue que todo puede cambiar en un instante. Cada segundo puede ser nuestro último momento con vida y eso es algo de lo que no somos conscientes. Expresa que durante ese momento le surgió una sensación de arrepentimiento sobre las cosas que quería y podía haber hecho pero nunca hizo. La mayoría de nosotros nos solemos encontrar durante toda nuestra vida arrastrados por la sociedad y planeando futuros objetivos a conseguir para llevar una vida acorde con lo que nos rodea. Pero, ¿verdaderamente disfrutamos de nuestro presente? ¿exprimimos al máximo cada momento que vivimos como único e irrepetible? ¿hacemos lo que queremos para encontrar la felicidad? ¿cuántas cosas en la vida hemos querido hacer y no hemos hecho? Siempre intentamos buscar excusas que esconden un miedo a salirte fuera de lo “normal”. Hay personas que les apasiona viajar pero nunca encuentran el momento de hacerlo. Los que están en el paro se justifican diciendo que no tienen dinero mientras no paran de malgastar durante los fines de semana. En cambio, los que trabajan se empeñan en que ahora no es el momento adecuado porque hay que ahorrar para el futuro. Así nos pasamos durante toda la vida hasta que después de mucho tiempo nos damos cuenta que ya apenas nos queda tiempo para hacer lo que verdaderamente nos gusta. 

Para mi no es fácil estar lejos de mi familia y amigos. No es fácil mudarte a otro país sin conocer a nadie y empezar una vida totalmente desde cero, pero ahí descubrí el secreto de la vida, la cantidad de lugares y el número de personas que hay por conocer y el poco tiempo del que disponemos. De ahí mi ansia por descubrir y vivir nuevas experiencias.

La segundo que se le paso por la cabeza a Elías fue el tiempo que considera perdido en problemas sin importancia con personas con importancia. El valor que le damos a las cosas que realmente no importan en esta vida, y el poco valor que le damos a las que sí importan. Si nos paramos a pensar por un momento sobre los últimos problemas que nos han surgido, veremos como la mayor parte de ellos carecían de la importancia que al principio le dimos o, si la tenían, los habríamos podido solucionar de una forma más fácil. Ric dice una frase sobre ello que me gustó mucho y se me ha quedado grabada: “entre tener la razón y ser feliz, elijo ser feliz”. Esto le ha llevado a discutir menos con su mujer por problemas que ahora considera absurdos y dice que lo único que le preocupa es llegar a ser un buen padre. A veces intentamos hacer de lo fácil lo difícil, nos complicamos nosotros mismos cuando la vida parece mucho más simple. Todo el tiempo que le dedicamos a un pequeño desacuerdo entre personas o a un error sin importancia es tiempo perdido. Nos paramos mucho a pensar sobre ello mientras la vida se nos va. 

Por último, este superviviente de aquel trágico día dice que durante los últimos segundos antes de que la aeronave aterrizara en el río Hudson, descubrió que morir no da miedo. Que es algo para lo que nos estamos preparando durante toda nuestra vida. Aunque expresa que si se siente mucha tristeza al saber que estas a punto de perder tu vida que tanto amas. Debía temer a no ver a sus hijos crecer, ni a conocer a sus futuros nietos. Esto es algo que deberíamos de aprender de una persona que pudo observar el futuro desde muy cerca y de pronto volver al presente. Todas sus palabras nos llevan a apreciar el verdadero valor de esta vida y ello es algo que quería compartir con todos vosotros. 

Dejemos de creer que viviremos para siempre. A cada uno de nosotros también nos llegara nuestro día. Hacer de forma ética todo lo que os apetezca. Vivir el día a día al máximo y no dejéis que todo os lleve a planear un futuro. El tiempo pasa rápido y cuando nos damos cuenta todas esas posibilidades que tuvimos están perdidas en el pasado. 

Yo, gracias a las palabras de Ric Elías unido a mi espíritu cada vez mas aventurero, he decidido irme este mes de Agosto a una pequeña ciudad al sur de Marruecos para trabajar como voluntario. Lo he hecho sin pensarlo, me surgió la oportunidad y no se me pasó por la cabeza dejarla escapar. Quizás a otras personas les resulte extraño no gastarse ese dinero para irse unas semanas a la costa y disfrutar de buenas comidas y buenas playas durante el mes de Agosto, pero eso ya lo hice durante mucho tiempo. Ahora me apetece descubrir una pequeña parte de la cultura de otro continente, y ver como han conseguido sobrevivir otras personas con tan pocos medios mientras yo disfrutaba de mi verano con mi familia y amigos. 

Es ahora, justo ahora cuando debemos de actuar y dejar de pensar. No nos lo pensemos dos veces, tirémonos de cabeza a por aquello que nos apasiona. No dejemos que nada ni nadie nos lo impida ni que el arrepentimiento se haga dueño de nuestro pasado. 

Para los que estéis interesados en ver el video en el que Ric Elías lo cuenta, os dejo aquí el enlace. La conferencia es en inglés pero podéis agregar subtítulos en español: 


jueves, 9 de abril de 2015

Ayudar a no ayudar


Varias son las maneras en las que podemos ayudar. En menor o mayor grado, la ayuda es un acto de bondad, apoyo e impulso hacia un cualquier ser vivo existente en nuestro planeta, con el objetivo de facilitar alguna tarea y/o solucionar algún problema. 

Dentro del proceso de enseñanza - aprendizaje, la ayuda es un elemento fundamental desde que somos pequeños. Para aprender a caminar necesitamos la ayuda de nuestros padres, lo mismo pasa con el aprendizaje de la lengua materna. Maestros, familiares y amigos, entre otros, nos ayudan a la consecución de diferentes objetivos como el aprendizaje de diferentes contenidos o a la adquisición de diferentes destrezas como montar en bicicleta o golpear un balón con eficacia. Además, existen varios tipos de ayuda. Califico de ayuda directa a la que se ejerce en permanente contacto con el aprendiz o con la persona necesitada de esta. En cambio, la ayuda indirecta se puede ejercer sin intención alguna. Podemos ayudar a una persona con problemas mediante nuestro ejemplo. 

Sin embargo, debemos de tener cuidado cuando ayudamos a no ayudar mientras pensamos que estamos ayudando. Lo explico mejor mediante una entrañable experiencia que tuve con un buen y amable maestro de inglés en Tunbridge Wells. 

Durante un tiempo de búsqueda de alguien que se ofreciera a ayudarme a mejorar mi nivel de inglés hablado, tropecé con Bill, un maestro retirado hace unos años que dedica su tiempo libre a enseñar a hablar inglés a extranjeros. Gracias a su conocimiento sobre otras lenguas latinas, posee varios trucos y métodos basados en los típicos errores que cometemos los españoles (en mi caso) al hablar inglés, y ello le hace un buen e inteligente docente. Si no recuerdo mal, Bill tiene alrededor de unos 73 años. Jubilado desde hace poco más de una década, dedica su tiempo a cuidar su pequeño jardín y mantener su casa en orden además de, como he dicho antes, ganarse algo de dinero dando clases de inglés a extranjeros. Un problema en su espalda y otro en su rodilla, le hacen caminar despacio y encorvado. El hecho de que su casa está llena de escalones, es una dificultad añadida a la hora de hacer las actividades básicas del hogar. 

Siempre que solía ir, me esperaba arriba en su cocina y me ofrecía café o té antes de empezar con la clase. Cuando terminaba de preparar nuestro habitual té y café, solíamos trasladarnos al salón, por donde hay que bajar unos 5 o 6 escalones antes de llegar a él. Debido a su estado de salud, siempre le solía prestar mi ayuda para preparar el desayuno o llevarlo conmigo hasta el salón, ya que me sentía inseguro de verlo a él con la bandeja bajando aquellos estrechos escalones. Ante su continua respuesta negativa día tras día y mi repetida insistencia, un día se acabó el debate. Con su tono indignado que le caracteriza me dijo que él no permitiría que le ayudara a no ayudarle. Yo no entendía muy bien lo que me quiso decir, entonces le transmití que lo único que quería era evitar un accidente y que le solicitaba mi ayuda para que se aprovechara de ella. Con una contestación muy inteligente me explicó que si le llevaba la bandeja todas las mañanas al salón y preparaba el desayuno iba a hacer de él un “viejo” vago y perezoso. Si el dejaba que que le hicieran las tareas de casa mientras permanecía echado en el sofá, todos estarían ayudándole a no ayudarlo. Los músculos de su pierna se debilitarían y el problema en su espalda se agravaría. “Quizás a mí me lleva el doble de tiempo que a ti en bajar estas escaleras, pero lo hago” me dijo. El tiempo no era un problema para él, planteaba su día a día en función de sus posibilidades y eso le hacía permanecerse activo. “Yo sé que nunca voy a llegar a ser tan rápido como tú, obviamente, pero si sigo llevando mi vida como la llevo, tampoco empeoraré tan rápido”.¡Vaya lección me dio!. Para acabar me dijo sarcásticamente que estaba dispuesto a cobrarme 5 libras más por hora si volvía a intentar a no ayudarle. 

Yo estoy acostumbrado a ofrecer mi ayuda siempre que es posible, sin ser consciente de a qué estoy ayudando. Debemos de tener cuidado con el tipo de ayuda que transmitimos porque puede tener un efecto contradictorio. Una ayuda excesiva a un niño puedo convertirle en dependiente de sus padres y no estar preparado para el día de mañana. De igual modo, una falsa ayuda a nuestros abuelos puede convertirlos en vagos y de esa forma envejecer más rápido. El tiempo no es un problema, es un factor que no condiciona la eficacia de las actividades. Quizás, el objetivo que yo buscaba con traer el desayuno al salón en menor tiempo era empezar la clase cuanto antes. En cambio, el objetivo que él busca es el fortalecimiento de sus piernas.

A partir de ahora, tengamos cuidado cuando intentemos ayudar a otra persona, porque si esta tampoco es consciente de que no la estamos ayudando, podríamos caer en un gran error.

jueves, 2 de abril de 2015

En busca de oportunidades

Es lamentable que nos estemos acostumbrando a ver como ingenieros, ecónomos, maestros o científicos completamente formados, entre otros,  salimos de España en busca de cualquier tipo de trabajo que nos mantenga para pagar una renta, un determinado número de facturas y otras necesidades básicas, con el objetivo de adquirir un idioma (en mi caso) que nos haga abrir nuevas puertas de cara al futuro. Dije lamentable porque ya se ve como algo habitual, por donde tienen que pasar la mayoría de los estudiantes cuando terminan sus estudios universitarios.

Para que abramos un poco los ojos, quería compartir una conversación que mantuve con la ex directora del colegio de primaria dónde estudian los dos niños y la niña que solía cuidar cuando trabajaba como au pair. Fue Natasha, madre de estos tres pequeños que se ganaron mi corazón, quien me introdujo a la ex directora de este centro para preguntarle si podría empezar a trabajar como voluntario, para así ir cogiendo experiencia en el sistema educativo de Inglaterra e ir creciendo un poco más como maestro.

Nada más sentarnos cara a cara, ella me dijo que sabía hablar un poquito de español porque estudió durante un año y medio en la Universidad de Valencia (las clases eran dadas en inglés). Me preguntó qué tipo de titulación tenía y le respondí que en ese momento era diplomado en Magisterio en la especialidad de Educación Física y licenciado en Psicopedagogía incluyendo mi último año con la beca Erasmus en Wroclaw (Polonia), su respuesta fue: "y con todo eso en España no es suficiente ni para trabajar de conserje en un colegio, ¿verdad?", mientras reía. Me decía que ella no había conocido un sistema de acceso laboral al ámbito educativo tan mal organizado en su vida. "Corrígeme si me equivoco", decía. En España se pasa de la Educación Primaria a la ESO y de ahí al Bachillerato de forma voluntaria. Si decides ir a la universidad, debes de pasar una reválida, difícil a su parecer, por el alto grado de contenidos a los que te examinan. Una vez superada la reválida ingresas en la universidad, donde normalmente estas durante unos 3 años en el caso de la antigua diplomatura y 5 en licenciatura. Si has sido capaz de sobrepasar con éxito todas esas profundas pruebas a las que te someten en una universidad, ya que todo el mundo que ha pasado por ahí sabe de su dificultad, viene lo más difícil, la famosa oposición. Después de 5 años superando complejos obstáculos, llega la prueba que finalmente parece que resolverá tu futuro. Al decirme esto se reía. Y me explicó que su compañera de piso en Valencia estudiaba para una oposición y que a ella le daba miedo de ver la cantidad de temarios de los que tenía que examinarse. Por último me dijo que eso no era todo, que había escuchado de estudiantes que después de cuatro años preparándose, donde ya la mayoría de contenidos que habían estudiado en la universidad se les han olvidado, habían superado la oposición con un notable alto o incluso sobresaliente, pero que aún así estos se quedaban sin plaza y tenían que esperar a la bolsa mientras se preparaban para la siguiente convocatoria. Y me decía: "Raúl, ¡eso es una locura!", mientras me miraba con asombro. Y yo pienso, y nosotros que nos creemos que esto es lo único que existe. Vivimos dentro de una mentira.

Me explicó que a diferencia de España, en la mayoría de países de la Unión Europea el Estado tiene como principal premisa darle oportunidad a los jóvenes que acaban sus carreras con el objetivo de que desarrollen todo lo aprendido en esos años atrás, de otra manera, los conocimientos y contenidos se olvidan, ya que no son puestos en práctica. 

En España, la administración pública se está convirtiendo en un anestesiante para algunos de los funcionarios, y ello hace que los jóvenes recientemente graduados no tengan la oportunidad de demostrar lo que saben hacer. ¿Con cuántos maestros y/o profesores, en este caso, os habéis cruzado durante estos años atrás que están aburridos de su trabajo? Pensad en su filosofía de como llevaban una clase o como transmitían los contenidos, ¿pensáis que a estas personas se les puede llamar maestros? Solo muy pocos nos han dejado huella, esos fueron los verdaderos docentes en nuestras vidas. 

Me sorprende el comentario de una madre que solía llevar a sus dos hijas al mismo colegio del que hablé anteriormente, que decía: "yo estudié para llegar a ser maestra, pero después de un año ejerciendo la profesión me di cuenta que no me gustaba y lo dejé". En nuestro país parece que nadie se equivoca, que todo el que empezó a trabajar de docente acertó en ser docente para el resto de su vida, con o sin pasión. Dentro de los colegios en España podemos encontrar muchas almas arrepentidas, muchos "docentes" que acuden a su trabajo con tristeza, contando los día para las próximas vacaciones. En cambio, en otros países de Europa como en este caso Inglaterra, desintoxican la educación de la administración pública. Un profesor/a tiene su contrato dentro de una institución educativa. Si este/a demuestra cada año que es apto para la docencia, su contrato será renovado. En cambio, si no obtiene resultados y/o no demuestra interés y pasión por su oficio, será reemplazado. Solo de esta forma el abanico de oportunidades se convierte en un proceso amplio y flexible. 

Aunque cada día tengo más claro que mi futuro está lejos de mi país, siempre tengo una pequeña esperanza en que las cosas mejorarán y que todas estas semillas que estoy plantando darán sus frutos. Debemos de mirar la crisis como un tiempo de oportunidades para la creatividad y la búsqueda.

Quería terminar transmitiendo fuerza y entusiasmo a todas esas personas que, como yo, se encuentran en el extranjero en busca de un hueco en la sociedad. Tened paciencia y constancia, algún día llegará nuestra oportunidad. 



martes, 24 de marzo de 2015

¿Qué hay que aprender de los gansos?


Hace algo más de un año leí un artículo a través de internet sobre por qué los gansos solían volar en forma de "V". Es curioso porque casi todos nosotros seguro que lo hemos observado más de una vez y quizás nunca nos lo habríamos preguntado. La explicación a ello es cuanto menos peculiar. 

Normalmente, cuando se acerca el final del otoño, se puede observar frecuentemente como todo tipo de aves, y entra ellas los gansos, suelen volar sobre nosotros dirigiéndose en busca de lugares mas cálidos y así evitar el sufrimiento del frío invierno. Como he mencionado antes, los gansos lo suelen hacer en forma de "V". Pero, ¿por qué?

Gracias a varios estudios, se ha concluido que cuando un pájaro bate sus alas, se produce una onda en el aire la cual ayuda a avanzar al pájaro que va detrás de él. A su vez, este segundo, hace lo mismo para que al tercero le resulte menos costoso, y así sucesivamente siendo el último el que menos fuerza emplea para desplazarse. Cuando el ganso que está posicionado en la cabeza del grupo se siente débil, este pasa a ocupar el último lugar de la formación y es sustituido por alguno de sus compañeros. De esta forma van rotando para el beneficio del grupo. Otro de los aspectos peculiares es que los gansos situados en la parte trasera de la formación se mantienen graznando (sonido que emiten este tipo de aves) para alentar y motivar al que encabeza la bandada y así poder mantener su velocidad.

En el caso de que uno de ellos se salga de la formación, este podría comprobar la fuerte resistencia del aire, y al sentir la dificultad de hacerlo solo, no dudaría ni un segundo para volver con sus compañeros de viaje y así beneficiarse de los que van delante. Por otro lado, si uno de los gansos ha caído lesionado o se siente tan débil como para no poder continuar con la bandada, dos de sus compañeros se salen de la "V" y se sitúan a su lado para ayudarlo y protegerlo. Una vez recuperado, todos vuelven al grupo de partida. 

Ahora que ya sabemos de la inteligencia de estas aves para viajar de un lugar a otro administrando la fuerza de sus alas, me gustaría llevar este tema al ámbito humano.

Hoy en día, y más aún en tiempos de crisis, nos preocupamos demasiado por nosotros mismos, por destacar entre todos los que nos rodean, no nos importa “pisotear” a quien haga falta para conseguir nuestros objetivos, un “sálvese quien pueda”; pero nos olvidamos de nuestros compañeros, de las personas que viajan a nuestro lado. El neoliberalismo nos está llevando a una competición humana insana y no beneficiosa para ninguno de nosotros. 

Recordemos la táctica que usan los gansos para llegar todos a un mismo destino. Si lo hicieran individualmente, emplearían el doble de esfuerzo del que hacen viajando en grupo, y ante fuertes vientos, muchos de ellos caerían abatidos causándole incluso la muerte. 

Para muchos de nosotros, solo importa llegar a la meta, sea como sea, pero llegar. No importa si un compañero está pasando una mala racha y le están saliendo las cosas mal, eso queda en segundo plano. Solo nos importa que la familia este bien, que consigamos un buen puesto de trabajo cuanto antes, tener una relación sentimental estable lo mas pronto posible sin que “se nos pase el arroz" para empezar a hacer una nueva vida… pero no importa como. Solo pensamos en las metas, pero no en el recorrido. No disfrutamos el presente por culpa de nuestras preocupaciones por el “que será de mí”.

En cambio, cuando soy yo el “lesionado”, busco ayuda continuamente y, ante la pasividad de algunos, me vengo abajo y no me siento con suficiente fuerza para afrontar mis problemas o dificultades. 

Estoy seguro de que nuestras vidas irían mejor si arrimáramos mas el hombro a nuestros compañeros de viaje, a esas personas que les resulta muy difícil encontrar un buen trabajo o que están pasando una dura etapa en su vida. Sería muy beneficioso para ambos el "batir nuestras alas" para ellos, para allanarles el camino, porque serán estos mismos los que ocuparán el primer lugar en la manada para conducirnos cuando a nosotros no nos mire la vida como nos gustaría. Solo de esta forma podremos evitar numerosas turbulencias en nuestro camino, hoy día mucho más difícil, para hacernos un hueco en la sociedad disfrutando a la misma vez de nuestro viaje. 



jueves, 19 de marzo de 2015

Feliz día del buen padre

Hoy, 19 de marzo de 2015, se celebra en España el día del padre. Con este motivo, quería aprovechar la entrada de esta semana para felicitar a todos esos padres, especialmente al mío, que tengan hijos/as que se sientan orgullosos de ellos, ya que ello es sinónimo de que han sabido y están sabiendo llevar esta dura tarea con éxito.

Si probamos a buscar en el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua la palabra “padre” podemos encontrar: “Varón o macho que ha engendrado”, pero ¿no creéis que en ese significado falta algo? No falta algo, falta todo.

Hay un libro de Guillermo Ballenato titulado “Educar sin gritar: padres e hijos ¿convivencia o supervivencia?” en el que hace mención a la diferencia entre el buen padre y el padre bueno. Un padre bueno es un padre permisivo, un padre que intenta ganarse el cariño de sus hijos a base de consentimiento continuo y sobreprotección y un padre que quiere sin pensar. El padre bueno solo sabe decir sí. Por el contrario, el buen padre es el educador, el que prepara a sus hijos para la vida, el que sabe decir que no cuando es no y sí cuando es sí, el que piensa para querer. Quizás, todos aquellos que aún no somos padres nos cueste valorar el trabajo y esfuerzo de un buen padre para educar a sus hijos. 

Papá, tu fuiste y eres el buen padre. Para nosotros eres un héroe. No solo has sabido educarnos, sino que también has sabido amarnos. Como bien expresó mi hermano Jesús, y no de mejor forma, antes de volar hacia Buenos Aires, se llevó “metido en un gran sobre de papel resistente, el esfuerzo,la constancia y redención a través del trabajo bien hecho que me enseñó mi padre” dentro de su maleta. Este es mi padre, un hombre luchador, humilde y consejero. Un padre que nos enseñó a amar a través de la amabilidad y la generosidad. Todo lo que hoy día somos Jesús y yo os lo debemos en gran parte tanto a ti como a mamá.

Existe una metáfora de Friedrich Hölderling con la que identifico de forma precisa la manera con la que me educó mi padre, y esta dice:  “los educadores forman a sus educandos como los océanos forman a los continentes, retirándose”. Mis padres supieron señalarnos el camino, siempre nos aconsejaron pero nunca nos prohibieron perseguir nuestros sueños. Han sabido retirarse poco a poco hasta hacerme un hombre. Supieron advertirme de la dificultad del camino, pero me dejaron andar solo para que aprendiera de mis propios errores. Ser un buen padre no significa estar encima de tus hijos sin respiro, sino saber hacerlos libres, enseñarlos a vivir y a tomar decisiones para cuando ellos no estén, y mi padre ha sabido hacerlo con valentía y sacrificio. 

Si tenéis oportunidad, celebrad este día tan especial junto a vuestro padre, valorad su afán y entrega por educaros y agradecerle todo el tiempo que os dedicó. 

Yo vuelvo a darte las felicidades papá por ser este tu día, el día del buen padre. Deseo seguir aprendiendo mucho más de ti como lo he hecho hasta ahora. Gracias por todo. Te quiero.

jueves, 12 de marzo de 2015

¿Por qué escribir?


Antes de empezar quiero decir que este blog irá dirigido a todo tipo de lectores (tanto jóvenes como adultos) que podrán participar y opinar sobre cualquier tema que sea publicado. El hecho de ser maestro puede que sea el motivo de algunas de mis publicaciones, aunque no siempre serán temas relacionados con la educación. Intentaré abordar temas interesantes y, sobre todo, que sean entretenidos y educativos para todos nosotros.

Desde que era pequeño siempre me gustó escribir para perfeccionar mi caligrafía pero nunca había llegado a hacerlo como simple afición o como forma de expresar mis opiniones o contar mis experiencias, es mas, siempre odiaba los resúmenes o ensayos que me mandaban hacer los maestros y profesores en el colegio e instituto. Yo siempre he preferido expresarme especialmente a través del ejercicio y de la práctica deportiva y, es ahora, sin que nadie me obligue -y lo digo porque muchas veces nos hemos sentido obligados por medio de nuestros profesores y/o padres a hacer algo que no nos ha gustado, y esto nos ha llevado a aborrecerlo-, cuando se me ha movido la inquietud por aprender a través de la escritura.

Hace poco más de tres meses cuando empecé a sentirme motivado para abrir un pequeño rincón como este con el objetivo de compartir mis experiencias y opiniones con todos vosotros, ya que creo que es una entretenida y motivadora forma de aprender (tanto vosotros como yo mismo). Me alegro por haber tomado al fin esta decisión y enfrentarme a este reto, aunque no disponga de tanto tiempo como el que me gustaría para dedicarle a "Compartir es Crecer". 

Justo en mi ultimo año de mi carrera universitaria fue cuando comencé a hacer lo que realmente llevaba queriendo hacer durante mucho tiempo, (viajar, conocer diferentes personas y culturas y respirar el aire en diversos lugares del mundo donde nunca había esperado estar) y esto hizo que me diera cuenta de que esta es la manera mas cómoda y auténtica de practicar el aprendizaje, a través del descubrimiento. Quizás este escribiendo en este momento gracias a todo lo anterior. Esto no quiere decir que todos estos años atrás durante la enseñanza obligatoria y universitaria no haya aprendido, sino que no me gustaba esa forma de aprender. 

No me gusta sentarme en un pupitre dentro de un aula durante 7 horas 5 días a la semana mientras me enseñan contenidos como el proceso de una erupción volcánica, pero me encanta visitar un volcán (inactivo obviamente) e imaginármelo en plena erupción. Nunca me sentí muy aficionado a la historia hasta los meses que tuve la suerte de vivir en Wroclaw (Polonia) y poder sentir la catástrofe que en ese país se produjo durante la Segunda Guerra Mundial, ni tampoco a la lengua inglesa hasta que me mudé a Tunbridge Wells y comunicarme en otro idioma pasó a formar parte de mi día a día.  Después de tantos años sentado en un pupitre y copiando todo aquello que me dictaban diversos profesores, me doy cuenta de que se me olvidó, de que la mayoría de aquellas horas de escucha y de estudio solo me sirvió para superar una prueba. Decía Winston Churchill: "Me encanta aprender, pero me horroriza que me enseñen". No olvidemos que el ser humano esta diseñado para aprender ya que todos poseemos una curiosidad innata, pero existen mil formas de hacerlo. Estoy seguro que muchos de nosotros hemos expresado alguna vez después de nuestra época de exámenes algo como: "¡ya soy libre!", y yo me pregunto: ¿es el aprendizaje un estado de sufrimiento para el ser humano? Si nosotros vamos a la escuela a aprender, ¿por qué esas ansias por terminar?

Solo os aconsejo que os dejéis llevar por vuestras inquietudes al igual que yo lo he hecho creando este espacio, y que si el tiempo no os lo permite ahora, no dejéis pasar la oportunidad cuando seáis "libres" .