Hoy, 19 de marzo de 2015, se celebra en España el día del padre. Con este motivo, quería aprovechar la entrada de esta semana para felicitar a todos esos padres, especialmente al mío, que tengan hijos/as que se sientan orgullosos de ellos, ya que ello es sinónimo de que han sabido y están sabiendo llevar esta dura tarea con éxito.
Si probamos a buscar en el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua la palabra “padre” podemos encontrar: “Varón o macho que ha engendrado”, pero ¿no creéis que en ese significado falta algo? No falta algo, falta todo.
Hay un libro de Guillermo Ballenato titulado “Educar sin gritar: padres e hijos ¿convivencia o supervivencia?” en el que hace mención a la diferencia entre el buen padre y el padre bueno. Un padre bueno es un padre permisivo, un padre que intenta ganarse el cariño de sus hijos a base de consentimiento continuo y sobreprotección y un padre que quiere sin pensar. El padre bueno solo sabe decir sí. Por el contrario, el buen padre es el educador, el que prepara a sus hijos para la vida, el que sabe decir que no cuando es no y sí cuando es sí, el que piensa para querer. Quizás, todos aquellos que aún no somos padres nos cueste valorar el trabajo y esfuerzo de un buen padre para educar a sus hijos.
Papá, tu fuiste y eres el buen padre. Para nosotros eres un héroe. No solo has sabido educarnos, sino que también has sabido amarnos. Como bien expresó mi hermano Jesús, y no de mejor forma, antes de volar hacia Buenos Aires, se llevó “metido en un gran sobre de papel resistente, el esfuerzo,la constancia y redención a través del trabajo bien hecho que me enseñó mi padre” dentro de su maleta. Este es mi padre, un hombre luchador, humilde y consejero. Un padre que nos enseñó a amar a través de la amabilidad y la generosidad. Todo lo que hoy día somos Jesús y yo os lo debemos en gran parte tanto a ti como a mamá.
Existe una metáfora de Friedrich Hölderling con la que identifico de forma precisa la manera con la que me educó mi padre, y esta dice: “los educadores forman a sus educandos como los océanos forman a los continentes, retirándose”. Mis padres supieron señalarnos el camino, siempre nos aconsejaron pero nunca nos prohibieron perseguir nuestros sueños. Han sabido retirarse poco a poco hasta hacerme un hombre. Supieron advertirme de la dificultad del camino, pero me dejaron andar solo para que aprendiera de mis propios errores. Ser un buen padre no significa estar encima de tus hijos sin respiro, sino saber hacerlos libres, enseñarlos a vivir y a tomar decisiones para cuando ellos no estén, y mi padre ha sabido hacerlo con valentía y sacrificio.
Si tenéis oportunidad, celebrad este día tan especial junto a vuestro padre, valorad su afán y entrega por educaros y agradecerle todo el tiempo que os dedicó.
Yo vuelvo a darte las felicidades papá por ser este tu día, el día del buen padre. Deseo seguir aprendiendo mucho más de ti como lo he hecho hasta ahora. Gracias por todo. Te quiero.
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